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53 Aniversario de la Llegada del hombre a la luna

Apolo 11 fue la quinta misión tripulada del Programa Apolo de los Estados Unidos, su objetivo: llegar a la luna, un acontecimiento sin precedentes.

Tras los primeros éxitos soviéticos durante la carrera espacial, el gobierno estadounidense presentó el programa Apolo que tendría como objetivo el sobrevuelo tripulado de la luna para localizar una zona apropiada con vistas a un eventual alunizaje de astronautas.

Es así como el 25 de mayo de 1961, Kennedy anunció su plan ante el Congreso en Washington: comprometer al país en poner al hombre en la Luna y traerlo de regreso sano y salvo. Para lograrlo, puso en juego todos los recursos nacionales. La inversión superaría los 100.000 millones de dólares actuales.

Hubo que inventarlo todo: una nueva familia de cohetes, cápsulas capaces de volver a la Tierra a velocidades que nunca se habían alcanzado, vehículos destinados a moverse por el vacío del espacio, redes de comunicaciones y seguimiento, técnicas de navegación, trajes que protegieran a los pilotos en el entorno lunar y alimentos consumibles en ingravidez.

Todas las tecnologías básicas existían ya cuando Kennedy lanzó su desafío, pero nadie las había puesto en práctica a tan gran escala.

El 20 de julio de 1969, ocho años después del anuncio del presidente Kennedy, el objetivo se volvió realidad cuando Neil Armstrong y Edwin Buzz Aldrin a bordo de la Apolo 11 alunizaron en el Mar de la Tranquilidad. Este hito histórico se retransmitió a todo el planeta desde las instalaciones del Observatorio Parkes (Australia).

Si bien unas 400.000 personas estuvieron involucradas en el Proyecto Apolo de la NASA, solo un reducido equipo de entre 20 y 30 personas estaban en el centro de control en el momento histórico.

El Apolo 11 despegó el 16 de julio de 1969 a las 13:32:00 UTC (9:32:00 EDT), en ese entonces Neil Armstrong, de 38 años de edad, era el comandante de la misión, Buzz Aldrin, de 39 años, el piloto del módulo lunar, y Michael Collins, de 38 años, el piloto del módulo de mando, quién se quedaría orbitando alrededor de la Luna a la espera de sus dos compañeros.

Los cohetes Saturno V constaban de varias fases que se iban desprendiendo de la nave una vez que consumían su combustible. Cuando los cinco motores F-1 de la primera etapa se encendían, los sistemas de refrigeración se encargaban de arrojar varias toneladas de agua sobre la estructura metálica del cohete para protegerla del calor.

Después del despegue, y de diversas etapas la tripulación empleó el tiempo en estibar los equipos, calibrar instrumentos y seguir las lecturas de navegación para comprobar que la trayectoria que siguen es la correcta. Una vez que el Apolo 11 había completado la segunda órbita a la Tierra y los astronautas terminaron de realizar sus tareas, Houston dio la orden para ponerlo rumbo a la Luna. Después de orientarse de forma precisa, la tercera etapa puso en marcha su motor con las sesenta toneladas de combustible.

El descenso del módulo lunar tuvo que superar numerosas dificultades imprevistas. Entre ellas, problemas en las comunicaciones, fallos en el sistema de navegación y la aparición de varias alarmas de origen desconocido. Después de una odisea de maniobras el Eagle recorrió el último metro en una suave caída gracias a la débil gravedad lunar. El terreno resistió bien el peso del aparato y todos los sistemas funcionaban correctamente.

“Houston…aquí base Tranquilidad, el Águila ha alunizado”

Seis horas y media después del alunizaje, los astronautas estaban preparados para salir. El primero en hacerlo fue Armstrong, quien mientras descendía por las escaleras activo la cámara de televisión que retransmitiría imágenes a todo el mundo. Una vez hecho esto, describió a Houston lo que veía a su alrededor, y al pisar el suelo dijo la famosa frase:

“Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la Humanidad”

Los astronautas recorrieron el terreno durante más de dos horas recogiendo 22 kilogramos de muestras de suelo y rocas lunares e instalando instrumental científico para detección de sismos, partículas solares y un reflector láser.

Finalmente, el 24 de julio de 1969, los tres astronautas volverían a tierra y caerían en el Océano Pacífico. Un total de 6 misiones espaciales llegaron a la luna y 12 astronautas caminaron sobre ella. El último de ellos, Eugene Cernan, lo hizo en diciembre de 1972.