windows 11 y la privacidad digital

Microsoft y la privacidad digital

Un día como hoy 04 de abril, en el año 1975, se fundó Microsoft Corporation, la ahora multinacional tecnológica que desarrolla y comercializa una amplia gama de software, hardware y servicios de tecnología de la información (TI).

Fue fundada por Bill Gates y Paul Allen, en ese momento ninguno de los dos imaginaba el tremendo éxito que tendrían en el mercado y el cambio que supondría para el mundo de las telecomunicaciones.

Según Statista Microsoft encabeza el ranking de las empresas líderes mundiales en software y programación, en el 2021 obtuvo ingresos superiores a los 160.000 millones de dólares.

Uno de sus principales productos es su sistema operativo Windows, su última versión Windows 11, fue lanzada en octubre del año pasado bajo la premisa “Hecho para ti, diseñado para todos”

Entre las características principales de Windows 11 destaca el hecho de ser gratis a modo de actualización para los PCs con Windows 10 que tengan los requerimientos necesarios. Además posee un nuevo menú de inicio, compatibilidad con aplicaciones de Android, personalización de los escritorios virtuales, diseño más consistente, nuevas opciones de pantalla partida, entre otras.

En contraparte surgen inquietudes acerca de las herramientas de privacidad, dado que Windows 11 esencialmente requerirá una cuenta de Microsoft para la mayoría de los usuarios, la recopilación de datos es parte del paquete, Microsoft argumenta que se trabaja con los datos recopilados para mejorar la experiencia del usuario, y que los componentes clave de Windows se basan en la nube, y tanto la nube como los elementos locales de Windows se actualizan periódicamente, proporcionándole las mejoras y funciones más recientes.

Desde el momento en que instalamos Windows 11 o actualizamos de Windows 10 a Windows 11, de forma interna suceden una serie de configuraciones que están habilitadas por defecto pero que en el futuro pueden tener una repercusión negativa en el rendimiento, velocidad y estabilidad del sistema operativo y como tal una de estas es la telemetría.

La telemetría se ha desarrollado como un mecanismo de captura de datos del usuario que ha iniciado sesión en el sistema, y aunque el propósito original es que con la telemetría se logren detectar errores cuando sucede en el sistema, el tener activa la telemetría puede dar errores del sistema que afectan la operación normal de este.

Quizás uno de los puntos más críticos y más vulnerables a los que nos sometemos con la telemetría activa es que esta función recopila los datos de navegación para ser enviados tanto a Microsoft como a los proveedores o aplicaciones de terceros y en base a los gustos o configuraciones del usuario ofrecer productos, aplicaciones o todo lo relacionado con nuestras preferencias.

Como usuarios podemos mantenernos informados y configurar nuestros servicios para proteger (lo mejor posible) nuestra privacidad. Como en el mencionado Windows 11, mantener todas las herramientas nativas a disposición, y luego decidir qué configuraciones modificar dependiendo del grado de privacidad que necesites.

Es posible que al modificar alguno de los parámetros pero no hay manera de prescindir de todas las recopilaciones de datos pues, en ocasiones, la privacidad está reñida con las funcionalidades. Y así es en muchos servicios y productos digitales, por ello surge la pregunta ¿Estos servicios son gratis, o estamos pagando con nuestra privacidad?

La llegada de la era digital provocó la aparición de nuevos riesgos para la privacidad, solemos ignorarlos y no dimensionar su impacto masivo. Cada tecleo que hacemos en nuestros dispositivos es el primer eslabón de una cadena que le da la vuelta al mundo y pasa por varios servicios antes de que el resultado esté de vuelta en nuestra pantalla. Asumir que todos esos eslabones hacen lo máximo para proteger nuestra seguridad y privacidad es, simplemente, engañarse a uno mismo.

“La defensa de la privacidad debería ser la posición predeterminada de las empresas, especialmente en donde empresas han fallado repetidamente en proteger los datos de los clientes a propósito.”